domingo, 16 de junio de 2013

Crónicas de... Lacas Namban y 'Sin perder contra la lluvia'

Ayer hacía un sol de justicia en la castiza ciudad de Madrid, uno de esos días en que no apetece quedarse en casa pero la calle es un suplicio. Así que la opción de hacer un recorrido por algunas de las exposiciones con aires orientales de la ciudad terminó por seducirnos, y allá nos fuimos.

Por la mañana nos dirigimos al Museo de Artes Decorativas, cerca del Cuartel General de la Armada, para poder echarle un vistazo a algunas piezas increíbles de lacas Namban. ¿Qué son exactamente? 'Namban' es el nombre que daban los japoneses a los europeos (principalmente portugueses y españoles) con los que empezaron a comerciar allá por los siglos XVI y XVII. Significa 'bárbaros del sur'.

Resulta que, de manera accidental, marineros y comerciantes de ambos países terminaron por llegar a las costas niponas entre finales de 1500 y principios de 1600. Y empezaron a comerciar con productos de origen japonés, sobre todo con muebles (arcones, escritorios, bargueños, atriles para misales, etc.), decorados con una curiosa técnica que combina las lacas con los metales preciosos y el nácar incrustado. Estos objetos, que inmediatamente atrajeron la atención de los europeos y comenzaron a producirse para vendérnoslos a nosotros, recibieron el nombre de lacas Namban.

En esta exposición, además de una completa descripción cronológica de las relaciones comerciales entre Japón y España (destacando la embajada Tenshô y la embajada Keichô, de la cual se celebran actualmente los 400 años), también pudimos encontrar varios objetos representativos de este arte, auténticas maravillas. ¡Incluso encontramos una antigua reliquia del Clan Cho! Con su mon de mariposas lacadas y todo (lástima que la cámara de fotos nos traicionó y no pudimos capturar la imagen en condiciones...aunque hemos tratado de arreglarlo un poco con Photoshop para que lo veáis).

Después de eso, comimos algo por el centro y paseamos buscando la sombra (y de paso, revisando las secciones de novela extranjera en algunas grandes librerías para hacer tiempo), hasta que a las cinco y media de la tarde pudimos encaminarnos ya al Centro Conde Duque, en la calle del mismo nombre, para contemplar la exposición fotográfica 'Sin perder contra la lluvia', sobre el tsunami que arrasó Japón en 2011, y contra cuyos efectos siguen luchando con valentía los nipones.

A la entrada de esta exposición, pudimos contemplar una muestra de ikebana, así como unas cerámicas tradicional de Kyoto del maestro Kotoge Tanzan, y unos muñecos Okiagarikobushi realizados por diferentes europeos célebres como muestra de apoyo a Japón. Tras un breve malentendido con la organización, concluimos que podíamos tomar fotos generales de la exposición (para no hacer un uso comercial de ellas) y son las que ilustran este post.

Las instantáneas que pudimos contemplar en la exposición no hacen sino recordarnos la catástrofe a la que se enfrentaron millones de personas aquel 11 de marzo, y la voluntad de hierro con la que luchan por recuperar lo que el mar les ha quitado. Sin embargo, siendo justos, reconozco que la parte que más me ha impresionado ha sido la destinada a Fukushima. En esta, pudimos ver en primer plano los rostros de algunos de esos valientes que trabajan aún hoy para mantener bajo control esa amenaza nuclear para salvar Japón aún a costa de sus propias vidas.

La idea que tenemos de estos hombres es más bien abstracta; de respeto y admiración, sí, pero muy difuminada. Para nosotros no tenían nombres, ni rostros, ni historias personales que contar. Hasta ahora. Y personalmente, me ha impresionado mucho descubrir que son héroes porque la situación se lo impone; algunos son trabajadores de TEPCO (la compañía eléctrica de Tokyo) que no tienen otra opción que trabajar allí por contrato, exponiéndose a la radiación aunque no quieran; otros han acudido por propia voluntad, por garantizar un futuro para los suyos; otros, por falta de trabajo lejos de allí, aunque saben que están acortando su vida; otros, porque la radiación ya les ha afectado de tal manera, a ellos y a su familia, que no tienen muchas más opciones. Cada vida es una historia única, y merece la pena conocerlas y reconocer su valor.

Desde Shinano no Shiro, queremos mandar un mensaje de apoyo al pueblo japonés, a todos esos héroes anónimos cuyos rostros decididos y orgullosos nos han contemplado desde estas imágenes, y a todos aquellos que no han posado para las cámaras y siguen luchando. Sois un ejemplo para el mundo.

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Cho Sakura, para Shinano no Shiro

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