viernes, 19 de julio de 2013

Crónicas de... Bon Odori 2013

Como cada O-Bon recuerdo cómo Shingen-dono era aclamado por todos en el Bon Odori de Shinano. Siempre ocurría lo mismo, el pueblo coreaba su nombre y el de su esposa cuando iban a comenzar los bailes. Entre los gritos fervorosos de la gente, Shingen se desprendía del haori, remangaba su kimono como si fuese a practicar kendo, se colocaba un hanten azul de matsuri, subía al yagura y comenzaba a marcar el ritmo para los bailes. Consideraba que todos debíamos disfrutar del Bon Odori y mostrar a nuestros familiares fallecidos que estábamos bien y felices, independientemente de ser un señor o un campesino.  


Hoshina Masanao, castellano del castillo de Takatô

Crónicas del Clan Cho, Keichô 8, 17 día del séptimo mes

Tras varios días de problemas en el blog por fin podemos volver al trabajo para contaros nuestra experiencia en el Bon Odori, que como cada año celebra la Asociación de la Comunidad Japonesa de Madrid (ACJM) en la sede del Colegio Japonés de Madrid, en El Plantío. 

Con el salto cualitativo del coche, respecto a otros años, llegamos al lugar con casi una hora de adelanto, por lo que nos pusimos a hacer cola ansiosos por entrar. Sirva de muestra que otros años nuestra entrada solia ser la 734-735 y este año conseguimos la 14-15. 

Como siempre, y tras comprar nuestras entradas, recorrimos el pequeño camino de tierra que lleva a la parte de atrás del colegio, donde se montan todas las casetas del matsuri, en una disposición bastante equilibrada. Como ocurre en las ferias españolas, lo primero es comprar los tiquets que servirían de moneda para la práctica totalidad de los puestos. El precio, igual que otros años, 1€ 1 punto. 

En otras ocasiones nos dedicamos a dar primero una vuelta por los puestos ojeando cómo estaba todo montado, viendo los juegos y entretenimientos organizados para todas las edades. ¿Cuál era el inconveniente? Que cuando íbamos a comprar la comida todo lo que nos llamaba la atención había volado. Así que, como ya hicimos el año pasado, el primer objetivo era hacerse con la comida que queríamos tomar porque hay algunos artículos que desaparecen en un segundo por la gran demanda que tienen (y no nos extraña porque están de muerte).

De camino al puesto de bebida nos hicimos con un poco de agua. Para disfrutar de todos los sabores que ofrece la gastronomía nipona no se puede tomar más que agua o una cerveza japonesa, aunque lamentablemente no había. Junto a las bebidas nos encontramos la primera sorpresa del día, unos hermosos pececillos nos miraban con ojitos de cordero degollado: eran los Taiyaki. Seguramente los habréis visto en más de un anime. Son unos pastelitos rellenos con forma de besugo y del que disponían de dos variedades, uno tostado y relleno de crema pastelera y otro hecho con masa de arroz y rellenos de crema de matcha. Finalmente optamos por esta variedad que nos parecía más propia del lugar. En el resto de puestos fuimos a por varios clásicos de la gastronomía japonesa, como son el pan de Curry (カレーパン), los onigiris y los takoyaki.


El pan de Curry (SoJhappy) es un plato que no os defraudará si tenéis la oportunidad de probarlo. Es un plato muy sabroso ya que contiene toda la esencia del curry concentrada dentro de un bollo de pan. En esta ocasión era un poco más fuerte que en otras, quizás debido a que hay que reducir mucho el curry para que no se escape ni al rellenar el pan ni al freírlo. 
Los onigiris eran completamente caseros y existían tres variedades para elegir. Habia oniguiris de katsuobushi (atún seco rallado), de verduras secas variadas y de umeboshi (ciruelas encurtidas saladas). Finalmente optamos por las variedades de verduras secas y katsuobushi ya que en otros platos hemos probado el umeboshi y no nos ha convencido su sabor. Como podéis imaginaros, no es un plato que destaque por su sabor, pero no es ese su principal valor. Podemos decir que su valor reside en que es la ración de combate del Japón feudal, ya que al ser una bola de arroz compactada es una comida muy rica en hidratos de carbono e ideal para un aporte de energía rápido para el organismo.


Finalmente los takoyaki (bolas de pulpo) eran una fijación desde que hace un par de años las preparásemos por primera vez en casa. Queríamos comprobar si aún a falta de la parrilla para takoyakis habíamos conseguido el sabor del plato. Y podemos decir que sí, aunque por supuesto las que comimos el domingo pasado fueron mucho mejores. El takoyaki es un plato que tradicionalmente se come en los puestos de la calle, así que podemos decir que es uno de los precursores de la comida rápida. 

Otro de los clásicos de un natsu matsuri es el Kakigori, un helado de hielo raspado al que se le da sabor mediante un sirope añadido por encima (¿os acordáis del helado de Sayuri y el Presidente en "Memorias de una Geisha"?). Las variedades que se ofrecían era kakigori de fresa, matcha o de calpis, un preparado lácteo muy popular en Japón, con un sabor ligeramente ácido, similar al yogurt natural. 

Tras haber cargado las pilas gastronómicamente, nos preparamos para las actuaciones y bailes. Como este año se celebra el año dual España-Japón, los niños del Colegio Japonés nos deleitaron con una exhibición de bailes propios del O-Bon de la región de Sendai, hogar del daimyo Date Masamune, impulsor de la embajada Keicho. Estos vídeos podéis disfrutarlos en nuestro canal de YouTube. 

Después pudimos ver la "procesión" del Mikoshi, el palanquín de los dioses del Shinto, que cargaron un grupo de voluntarios de Valencia y que procesionaron alrededor del yagura central mientras el público les animaba al grito de wa-tsu shoi ( わっしょい), que viene a ser algo así como el Ay Ho de los enanitos de Blancanieves.

Y por fin llegó el momento de los bailes Bon Odori, que habíamos estado esperado toda la tarde. Comenzaron con una demostración por parte de los más pequeños, seguida por la de los adultos y finalmente, cuando los maestros de ceremonias nos invitaron a ello, fuimos todos a bailar.  Existían cuatro bailes, aunque lamentablemente sólo recordamos el nombre de tres: Madrid Ondo, Tokyo Ondo y Tanko Bushi. "Madrid Ondo" es una peculiar versión creada para expresar el hermanamiento entre Madrid y Tokyo, España y Japón a través de esta fiesta del Bon Odori de Madrid. 

Todos bailábamos alrededor del yagura central en dos círculos primero y posterioremente, debido a la cantidad de gente que se animó a bailar, en tres. En el círculo interior estaban las voluntarias de la asociación que nos enseñaban a los demás los pasos de cada uno de los bailes, puesto que no había dos iguales. 

Un poco antes de las 22:00 hicieron un pequeño descanso para reponer fuerzas y que nosotros aprovechamos para ver la zona de juegos, donde pudimos probar juegos tradicionales como la pesca de peces y el yo-yo. La pesca era "sencilla" te daban un pequeño cacillo de papel y con él, haciendo uso de tu habilidad y rápidez tenias que coger cuantos peces pudieses antes de que se rompiese la fina película que servía de red. Todo lo que eras capaz de pescar, te lo llevabas a casa. 

En el yo-yo, había una pequeña piscina llena de globos con una goma a modo de cuerda en su extremo y tenias que capturar cuantos pudieses con un gancho anudado a un hilo de papel. Es un juego en el que tenías que calcular bien los tiempos, ser paciente y seleccionar el objetivo óptimo. Nosotros intentamos pescar un par de globos pero se nos partió el hilo, aunque finalmente la amable mujer que llevaba el puesto nos dejó llevarnos los globos como premio a nuestro esfuerzo. 

Tras esto retomamos los bailes y después de  un par de danzas más al compás de "Madrid Ondo" la fiesta dio por finalizada con el deseo por parte de los presentadores de que nos hubiésemos divertido y esperando vernos en la siguiente edición.

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Cho Shingen, para Shinano no Shiro


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